El sueño de un vehículo totalmente autónomo ha dejado de ser ciencia ficción en California, donde los robotaxis y los vehículos semiautónomos son ya una realidad cotidiana. Sin embargo, para quienes se ven implicados en una colisión con un coche de conducción autónoma, esta innovación plantea un complejo reto jurídico. A diferencia de un accidente de tráfico tradicional, un incidente con un coche autoconducido es una batalla por las pruebas digitales y la responsabilidad de las empresas. Navegar por esta nueva frontera legal requiere una comprensión especializada que va mucho más allá de una típica demanda por lesiones personales.
El panorama legal y operativo de los vehículos autónomos (AV) en California está evolucionando rápidamente. El Departamento de Vehículos Motorizados de California (DMV) informó de un aumento de 37% en AVs registrados para pruebas de 2021 a 2023, con 1.603 AVs permitidos para su uso en pruebas. Empresas como Waymo ahora operan servicios comerciales de robotaxi en las principales áreas metropolitanas, incluidos Los Ángeles y San Francisco, convirtiendo a estos vehículos en una parte habitual del ecosistema de transporte. Este crecimiento pone de relieve la creciente probabilidad de que se produzca un accidente con un AV.
Para entender la responsabilidad, primero hay que comprender las capacidades técnicas del vehículo en el momento de la colisión. La comunidad jurídica y de ingeniería se basa en el sistema de clasificación J3016 de la Sociedad de Ingenieros de Automoción (SAE), que define seis niveles de automatización de la conducción.
Un vehículo de nivel 2, como uno con Autopilot de Tesla, ofrece una "automatización parcial de la conducción" en la que el conductor humano debe estar en el asiento del conductor, listo para tomar el control. El conductor es legalmente responsable de vigilar el entorno y suele ser el centro de una demanda por negligencia. Por el contrario, un sistema de nivel 4, como un robotaxi Waymo, ofrece una "alta automatización de la conducción", en la que el sistema automatizado se encarga de todas las funciones de conducción dentro de un dominio operativo limitado, y no se requiere intervención humana. La distinción entre estos niveles es el factor más importante para determinar quién tiene la culpa en una colisión.
La siguiente lista ofrece un desglose claro de los niveles SAE:
Un accidente de coche autoconducido es un reto legal complejo. Un equipo jurídico con experiencia en esta área naciente del derecho puede proporcionar un apoyo inestimable:
En un accidente de tráfico tradicional, la investigación jurídica es sencilla: ¿actuó negligentemente un conductor humano? Esta teoría de la negligencia es a menudo insuficiente para los accidentes de vehículos eléctricos, ya que la investigación se ha desplazado a la responsabilidad del producto, una poderosa teoría que responsabiliza a los fabricantes de las lesiones causadas por productos defectuosos. La legislación de California exige a los fabricantes responsabilidad financiera para cubrir los daños causados por sus vehículos eléctricos. El núcleo de una demanda de responsabilidad por productos defectuosos es la responsabilidad objetiva, que permite al demandante obtener una indemnización sin tener que demostrar que el fabricante tuvo la culpa.
Un argumento jurídico en un accidente con un AV de nivel 2 puede ser que el diseño del vehículo es defectuoso porque induce al conductor humano a una falsa sensación de seguridad, lo que hace responsable a la empresa.
En un accidente audiovisual, numerosas partes pueden compartir la responsabilidad:
Uno de los retos más importantes en un accidente audiovisual es la obtención de pruebas. A diferencia de una colisión tradicional, en la que las pruebas físicas son primordiales, las pruebas más importantes en un accidente audiovisual son digitales y patentadas. Los vehículos autónomos están equipados con grabadores de datos de eventos (EDR), o "cajas negras", que capturan una "instantánea" de los segundos anteriores, durante y después de una colisión. Estas pruebas digitales crean una profunda asimetría de información que desafía el sistema tradicional de responsabilidad basado en la culpa. Los datos del vehículo son propiedad y están bajo el control de la empresa demandada, lo que coloca a la víctima en una situación de enorme desventaja. Por ejemplo, en un caso de accidente mortal de gran repercusión, se acusó a un fabricante de retener datos de "instantáneas de colisión" durante años, obligando a los demandantes a presentar una demanda sólo para acceder a la información crucial.
La siguiente lista resume las principales diferencias:
El DMV es el organismo clave que supervisa las pruebas y el despliegue en California. El marco jurídico del Estado está definido por el Código de Vehículos de California (artículo 38750), que impone importantes responsabilidades a los fabricantes de vehículos eléctricos. Estas empresas están obligadas a:
A pesar de estas normas, los veredictos de los jurados pueden ser incoherentes. El caso de Molander contra Tesla Inc. en Riverside, California, pone de manifiesto esta imprevisibilidad. El jurado dio la razón a Tesla, declarando culpable al conductor y sin defecto de fabricación. Por el contrario, otros casos han dado lugar a indemnizaciones masivas. Estos precedentes contradictorios ponen de relieve que la ley no está consolidada y que el resultado depende de los hechos concretos y de la solidez de los argumentos del equipo jurídico.
Inmediatamente después de un accidente audiovisual, los pasos que dé la víctima pueden ser decisivos.
Esta necesidad de recopilar pruebas técnicas específicas pone de manifiesto una vulnerabilidad fundamental para las víctimas y la clara necesidad de contar con un profesional jurídico especializado.
Al igual que los accidentes de tráfico tradicionales, las colisiones con vehículos autónomos pueden provocar una amplia gama de lesiones. Las víctimas pueden tener derecho a una indemnización para cubrir gastos médicos, salarios perdidos y dolor y sufrimiento. Las lesiones más comunes incluyen:
Es vital buscar atención médica inmediata, ya que muchas lesiones pueden no presentar síntomas hasta días o incluso semanas después del incidente.
Fuente de la imagen: Scharfsinn/Shutterstock
Un accidente de coche autoconducido es una colisión con el futuro. No navegue solo por esta nueva frontera legal. The Capital Law Firm es un aliado de confianza, especialmente equipado para luchar por sus derechos y asegurar la justicia que se merece.
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